4 de enero de 2011

Tiempo, amor, aprendizaje

Antonio G. Funes
Hay lugares que son como esas viejas cajas que guardamos en los trasteros. A ellos volvemos de vez en cuando para asegurarnos de que nuestras antiguas pertenencias –a menudo inútiles- están a buen recaudo; de que nuestra vida, de alguna manera, sigue estando a salvo y ordenada.

Allí reencontramos el exceso de vida que no podemos acarrear siempre. Redescubrimos lo que hemos aprendido, lo que hemos amado y lo que hemos perdido.

El Valle de la Pineta es para mí un cajón de recuerdos. Siempre la misma fotografía en un vano intento de detener el tiempo. Me reconforta la inmovilidad del paisaje que solo presenta sutiles variaciones de luz y temperatura. Para la montaña, mi presencia es tan efímera como la de un copo de nieve o un haz de luz solar. Para mí, la montaña es una eternidad en la que yo, al menos, he sido un instante.



3 comentarios:

  1. Todos tenemos "un lugar en el mundo" que nos pertenece, que nos hace sentir "naturaleza", unas veces eres instantes otras eternidad, como todo verdadero amor. Siéntente afortunado por haberlo encontrado. No creo, y en eso difiero, que sea como una caja de trastero donde guardamos nuestra vida, en realidad El Valle de la Pineta es "vida" por sí mismo, no se guarda ni se tira, "está" simplemente, para y por ti, no esconde nada y te regala su esencia para que te mimetices con èl cada vez que lo visitas. Es el soplo de energía y sosiego del que ha llegado a casa.
    Gracias por compartirlo a través de esas fotos tan especiales, se percibe que es "algo más que un paisaje de postal", es tu lugar en el mundo.
    Sara

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  2. Fantástico. Yo añadiría un elemento dinámico en esas cajas...las personas, que no podemos guardar de ese modo, pero que son elementos recurrentes, tanto o más que aquellos lugares. Y que a veces comparten con nosotros la misma caja, o que hacen algo mejor aún: nos muestran los tesoros que guardan en sus cajas para que los podamos compartir. Y si bien todos tenemos aquel lugar en el mundo, me quedo con la frase que siempre acompaña a mi compañera (valga la redundancia): "no importa dónde estés, sino con quien estés".
    Josep

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  3. Es lo que tiene un blog, Antonio. Si lo que escribes lo pones en boca de un personaje de novela, pongamos el Vila o la Delicado que se toman un descanso de fin de semana en el valle de la Pineta entre caso y caso, nadie rechista ni te enmienda la plana.
    Me quedo con la belleza literaria de tu post y me guardo mis concepciones morales para la tertulia del café (sin humo, claro).
    Dionisa

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Gracias por tu dulce comentario, prenda.